sábado, 27 de octubre de 2007

Historias del señor K

El señor K. contemplaba un día una pintura que representaba ciertos objetos bastante caprichosamente.
-A algunos pintores -dijo- les ocurre lo mismo que a muchos filósofos cuando contemplan el mundo. Tanto se preocupan por la forma que se olvidan de la sustancia. En cierta ocasión, un jardinero con el que trabajaba me dió una podadora con el encargo de que recortase un arbusto de laurel. El arbusto estaba plantado en un macetón y se empleaba en las fiestas como elemento decorativo. Había que darle forma esférica. Comencé por podar las ramas más largas, mas por mucho que me esforzaba en darle la forma apetecida, no conseguía ni siquiera aproximarme. Una vez me excedía en los cortes por un lado; otra vez, por el lado opuesto. Cuando por fin obtuve una esfera, resultó demasiado pequeña. El jardinero me comentó decepcionado: "Muy bien, la esfera ya la veo, pero ¿dónde está el laurel?".



-He observado -dijo el señor K.- que mucha gente se aleja, intimidada, de nuetra doctrina por la sencilla razón de que tenemos respuestas para todo. ¿no sería conveniente que, en interés de la propaganda, elaborásemos una lista de los problemas para los que aún no hemos encontrado solución?




-"¿En qué trabaja?", le preguntaron al señor K. El señor K. respondió: "Estoy muy atareado. Preparo mi próximo error."


Fragmentos de “Historias del Señor Keuner”
Bertold Brecht
1965

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay hombres que luchan un dia y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.





me hiciste acordar
ya la tenia olvidada





the tremend monkey

Kolico dijo...

Hay monos que luchan un dia y son buenos. Hay otros monos que luchan un año y son mejores. Hay monos que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay monos que luchan toda la vida: esos son tremendos.