domingo, 28 de octubre de 2007

Trencito fabulero

El mundo esta organizado de tal manera

que tenemos el derecho de elegir la salsa con que seremos comidos.

Eduardo Galeano

Indudablemente, es el año del cerdo. Luduvica lo decreto y en eso estamos todos.
Leyendo sobre astrología, me encontré con la novedad que, este ultimo y tan anhelado periodo democrático, renacido allá por el 83, corresponde a un ciclo regido por el chancho.
Para evitar susceptibilidades, las clasificaciones científicas se reserva algunas alternativas para evitar sensibilidades identitarias y no asumir que todos somos unos cerdos o puercos silvestres. Lo que no cambia es nuestra característica distintiva : "Sus scrofa domestica", o sea...cerdo domestico.
Buhe, la zorra vieja y perversa tenia razón, y aquí estamos, en pleno 2007 desunidos y domesticados.
Mas allá de los paralelismos, según Ludovica, los cerdos, deben andarse con cuidado, porque ningún año es muy favorable para el propio signo.
Parece que este año será propicio para cualquier animal...menos para nosotros.
El make up proselitista disfrazo la perversa brutalidad con la oportuna cosmética electoral y el pueblo termino comprando gato por liebre. Justo cuando nos tapaba el agua, la gente, al mejor estilo Noe, le abrió nuevamente las puertas a toda la fauna politiquera.
En el país del "nunca mas" y del "que se vayan todos", al ritmo de “siga el baile, siga el baile”, ya no tenemos arca, pero sigue su marcha festiva esta especie de trencito fabulero repleto de animales. Cada uno usa su propio disfraz para salvar al personaje, ese mismo que les permitió sobrevivir a la crisis política.

Ahora ellos tienen el timón, Noe nada. La maquinaria cambio de dueños. Ahora tiene derecho de admisión y cupo restringido. Eso si, esta nuevamente en marcha, (se) zarpa y esta dispuesta a todo, ahora la idea es picar carne.

Todos somos cerdos domesticados y ellos quieren su salchicha.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cerdo, no me llames cerdo (mueve tu cuerpo)

Cierro comillas dijo...

No hay fabula, ni moraleja, ni metafora...sólo palabras.

"Cerdo ante Dios"

Tengo siete años. En la granja observo
por la ventana a un hombre que se persigna
y procede a matar un cerdo.
No quiere ver el espectáculo.
Casi humanos, escucho
alaridos premonitorios.
(Casi humano es, dicen los zoólogos,
el interior del cerdo inteligente,
aun más que perros y caballos).
Criaturitas de Dios, los llama mi abuela.
Hermano cerdo, hubiera dicho san Francisco.
Y ahora es el tajo y el gotear de la sangre.
Y soy un niño pero ya me pregunto:
¿Dios creó a los cerdos para ser devorados?
¿A quién responde: a la plegaria del cerdo
o al que se persignó para degollarlo?
Si Dios existe, ¿por qué sufre este cerdo?
Bulle la carne en el aceite.
Dentro de poco tragaré como un cerdo.

Pero no voy a persignarme en la mesa.

("José Emilio Pacheco", Ediciones Júcar, 1985)