martes, 30 de octubre de 2007

Fabula con moraleja

Sin buscarlo me encuentro cerrando un octubre plagado de referencias políticas. Los cálculos terminaron y la decisión ya esta. Otra vez la encerrona trágica, otra vez puestos en fila los idotas útiles dispuestos a elegir entre una dicotomía forzada entre el “candidato” y “el menos malo”. En tiempos de globalización, la importación de métodos electivos foráneos puso a la gente a decidir entre candidatos parecidos. El ballotage es una herramienta de dominación efectiva, opera con la presión, es eficaz y servil a los intereses de quienes digitan todo.

“Para que votar a X si no va a ganar, y encima si voto a X no hago fuerza para que no gane K, ma´ si, voto a Z para que no gane K”.

Aunque el vocablo Ballotaje, provenga del verbo ballotter (votar con bolitas) nada tiene que ver con una actitud decidida. Su falso interés de pretender representar una elección con doble turno, o segunda vuelta, no es su principal propósito. Este ultimo invento de nuestro sistema es una herramienta ideada con criterio y precisión : su implementación solo sirve para fomentar el bipartidismo y diluir a las minorías. A la pruebas me remito. Su puesta en practica fue y es nuevamente determinante ( mucho mas si vemos que nuestros queridos “indeterminantes” y soberbios de siempre no entienden, o no quieren entender de que va la cosa y siguen en el piso con la frente bien en alto sin siquiera llegar al 5%). En fin, para esta carrera toda la fauna politiquera estuvo dispuesta, pero como en toda fábula, para quien ya la leyó, el final de la competencia estaba cantado : votes a quien votes, la historia estaba escrita...si o si gana un pingüino.

Moral-eja de Pato cabrero : La culpa no es de esta democracia, ni del cerdo, ni de los pingüinos, sino de quienes les dan de comer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

y a nosotros quien nos da de comer?


para el pueblo lo que es del pueblo...porque el pueblo se lo ganó


?¿